Somos artífices de un mundo que se refugia bajo un manto negro del cual nace la sombra. Somos espectros de una noche, murciélagos y arañas que con sus sigilosas acrobacias determinan como se debe vivir.
La mentira rije nuestra forma de pensar, de sentir, de ser;
Determinando el principio y el fin de los espiritus. Es la realidad de los seres mediocres, de los comodos. Ambiciona en su tirania a los mercaderes de la miseria humana que tiran de los hilos que nos mueven como marionetas. Vivimos bajo un sol negro y una nube de hielo que penetra las miradas.
Mutilamos nuestra existencia por un trozo de cielo.
No somos ni seremos jamás la esencia humana capaz de arder el sentimiento de estar vivos.
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